ir arriba ir arriba estoy aquí porque he llegado: diciembre 2016
Aquellos que sacrifican una libertad imprescindible para conseguir una seguridad temporal no merecen ni libertad ni seguridad - Benjamín Franklin

domingo, 11 de diciembre de 2016

así nos veo

Somos una nación… o una nación de naciones como quieren algunos que sea para así poder tener su cuota de poder. Ya no somos una gran nación y mucho menos una potencia mundial como llegamos a ser. Este país ha dominado vastas regiones (desde Tierra del Fuego a Alaska). Al Océano Pacífico se le llegó a llamar “el lago español”. Hemos llegado a dominar no solo territorialmente sino cultural y económicamente, con ejemplos como el real de a 8, la primera divisa global ya que se podía usar a finales del siglo XVIII en cualquier parte de Europa, parte del extremo Oriente y en toda América. Fue además la primera moneda de curso legal de los Estados Unidos de Norteamérica hasta que se abolió a mediados del siglo XIX.
No somos una gran nación. Nuestros políticos son mediocres, embusteros y caraduras, y esto nos aleja de los puestos de cabeza en cuanto a presencia en el exterior. Permiten que se formen circos dentro de nuestras propias fronteras; no protegen de forma adecuada a sus servidores; consienten que cientos y miles de jóvenes preparados o muy preparados por nuestro sistema educativo se marchen al extranjero a ganarse la vida; no consiguen relanzar este país lleno de gente válida, con ideas, deseosos de trabajar y ganarse la vida más que de cobrar subvenciones. Y mientras nos tiramos en el sofá, aunque ciertamente, viendo los que dirigen nuestro devenir, no es de extrañar. Asimismo permiten que nos roben la historia de nuestros antepasados, no cuentan como es debido lo que realmente sucedió… Llego a pensar que es porque no interesa tener una población culta (eso como mínimo), sino que además el que no sabe de dónde viene no sabe a dónde va, así que es fácilmente manipulable e influenciable. ¿Cómo se vence a una mayoría? Pues enfrentando una parte con otra u otras, haciéndoles creer que unos son diferentes de otros, etiquetando como enemigo a todo aquel que no piense de igual manera, recordando una y otra vez lo que sucedió en el año 36 del siglo pasado… y recalco lo del siglo pasado, ya que hace la friolera de 80 años (¡80 años!) que hubo una dictadura de 36 años y llevamos una democracia de 40 años… Y aquí estamos, gente de 20 años que tiene que comerse la cabeza con aquel hecho de la historia de España que a día de hoy sirve no para recordar lo que no tiene que volver a suceder, sino para avivar el odio entre la gente normal y corriente que solo desea trabajar, pagar impuestos y recibir por ello la justa correspondencia llegado el momento de su jubilación y sobre todo… vivir en paz y tranquilidad. Si alguien como el káiser Otto Von Bismarck llegó a decir: «España es una nación tan fuerte que lleva siglos tratando de autodestruirse y no lo consigue. Si acabaran esos intentos de autodestrucción volvería a ser la más importante del mundo».

Ojalá esta fuese una gran nación.
"No le temo a los computadores, sino a la falta de ellos" (Isaac Asimov, escritor ruso-estadounidense)